Zuihitsu: Recuperar la semana, los viernes
Introducción por Julieta Blanco, tallerista del curso "Zuihitsu o el placer de lo random":
‘Zuihitsu’, palabra japonesa que podría traducirse como ‘huidizo’.
En la escritura del zuihitsu hay una fuerte sensación de que la creación del orden depende del desorden. Es una forma de escritura ensayística, espontánea, parecida al diario íntimo pero también más abierto y random. Se podría pensar como un “seguir el pincel”, discurrir los pensamientos, las observaciones, los sueños y todo aquello que atravesamos pero de manera poética. El zuihitsu exige como punto de partida yuxtaposiciones, fragmentos, contradicciones, materiales aleatorios y piezas de distinta longitud. Cada una de estas particularidades que enriquecen el género japonés del zuihitsu fueron trabajadas en el taller "Zuihitsu o el placer de lo random", dado en el marco de la revista La Ilustrada durante el mes de agosto de 2022.
A continuación, una de las producciones del taller:
Escrito por: Ana Castillo Muñoz | @verboypiel
Es otro viernes donde tengo que recordar todo lo que ha pasado en la semana. Comienzo con las cosas que hacen que el corazón lata más rápido:
las orejas de mi perra. el red bull. los 30 burpees de castigo por una cerveza. ver la palabra typing cuando el jevo que te gusta está escribiendo. la factura de la luz en el buzón. un buen mojito de coco. la pizza. imaginarnos besándonos. cantar en voz alta. ir a un karaoke y no equivocarte. coger aire con el sándwich de salchichas. un buen chanteo. Daddy Yankee se retira. el celular cayéndose al suelo en cámara lenta. en pausa. pagar el seguro social. saber que tu futuro depende de ti. solo de ti. saldar tu carro. aguantar el llanto. la migraña. el atardecer en Rincón. la brisa. tus ojos que cuando sonríes y se achinan. el ciento. el salitre remojando los labios. el cardio blast con Dj Adonis. un coraje que caliente las orejas. la cagá de paloma. Mercurio retrógrado. la luna llena y mis emociones. escuchar poesía y la gente respirar. el fuego. mi país en la calle. las faldas volando. los boleros. montarse en un avión. comer mango. ir a Nueva York. enterrar un muerto. llorarlo. tomar chocolate caliente. rezar. comer pan.
Los viernes observo mi casa y encuentro las curiosidades que siempre han estado mirándome pero no las miro. acostumbré mi ojo al celaje y pasé por alto las cinco cosas que más me gustan de esta casa que no es mía, es ajena, pero que pago todos los meses como propia. hogar.
el vinyl de selena
los libreros y organizadores de Ikea. directos de Suecia, de los nórdicos del frío y la blancura que dicen que es perfecto pero es una mierda. son una mierda. no se entienden, no se pueden montar. no hay poder humano que los arme. nunca se ven igual al showroom, pero ahí están. agradan a la vista.
la sala. la pared de afiches, el mueble.
la maquinilla que no funciona pero decora.
la máscara de la lucha libre. Arena México. Memorias. Lindas.
Los viernes también reviso mi celular y me recupero las historias, las promesas que aparecen en las paredes del vecindario. muros que hablan. protestan.
los consejos sexuales están dados por la comunidad. donde se genera el conocimiento. Santurce espacio cultural, tus paredes susurran penas y dan instrucciones. vienes con las señales cimarronas incluídas. cuidado escalón resbala mojado. tal cual salva y lubricante. Santurce y sus tapones, sus inundaciones por gotas de agua en la parada 18 que te azotan, te ejbielan el carro y te rompen el toto en el mecánico. los boquetes por donde nos vamos como nación. los espacios vacíos. las rentas altísimas. las casas abandonadas. los tecatos. las jeringuillas. la peseta en el semáforo, el “hoy no tengo, pa’”, el humo del Pavía. los locales solo para profesionales. la luz en la esquina de La Respuesta. y la promesa de que relacionarse sanamente es posible, que salva vidas y cambia el mundo.
Ana Castillo Muñoz es sex coach, creadora de ‘Con el verbo en la piel’ y periodista. Puerto Rico