Crónicas

 La piel muta para que el deseo continúe 

Arte por: Milagros Pico | @milagros.pico

Escrito por: Julieta Blanco | @julietablancojulieta

“Este es mi cuerpo.
Quienes me deseen
pueden comer de él.
Cada pliegue, estría, curva
desnuda mi historia”.
Gabby De Cicco en Transgénica

El cuerpo es un misterio. La manera en que percibimos nuestro cuerpo es misteriosa. La manera en que otrxs ven nuestro cuerpo también lo es. Sin embargo, hay marcas definitivas y batallas que dar, desde ese lugar.

En Antropología del cuerpo y modernidad, David Le Breton nos cuenta del cuerpo como una construcción social y cultural que, además, produce saberes para la biología y la medicina.

La parte más interesante del libro para mí es aquella en la que cuenta cómo el cuerpo moderno se volvió individual. En las culturas prehispánicas, como las de los canacos, por ejemplo, el cuerpo toma categorías del reino vegetal, entrelazando su existencia entre plantas, árboles y frutos. El cuerpo se nombra con categorías vegetales, de ahí la procedencia del término “raquítico”. En este mundo canaco el cuerpo es un continuum del cosmos, no existe la noción individual del sujeto.

En una entrevista de un antropólogo a un canaco sobre los aportes del “hombre blanco” a su pensamiento, el canaco dijo que había traído la idea del “cuerpo”. 

El cuerpo “individual” del mundo occidental que anuncia la diferencia entre un sujeto y otro.

La piel es el órgano más grande que cubre nuestro cuerpo. Esto ya lo sabemos. Cualquier detalle, forma o color originado en la piel y en el cuerpo ha sido utilizado por la sociedad occidental blanca para generar discursos políticos donde unos dominan y otros son dominados (lo digo haciendo un ejercicio de tremenda síntesis sobre la historia política de la colonización).

Es en nuestros cuerpos y en nuestras pieles, como dice la feminista Rita Segato, donde se han escrito con rabia discursos y mensajes de poder desde la disputa patriarcal. 

Dice Rita: “El cuerpo de las mujeres es particularmente afectado por este paradigma territorial que domina hoy el pensamiento contemporáneo. Como sostuve en mi libro Las estructuras elementales de la violencia , la violencia sexual tiene componentes mucho más expresivos que instrumentales, no persigue un fin, no es para obtener un servicio. La violencia sexual es expresiva. La agresión al cuerpo de una mujer , sexual, física, expresa una dominación, una soberanía territorial, sobre un territorio–cuerpo emblemático”.

También es en la piel donde se originan los discursos raciales y de segregación, celebrar y reivindicar el color de la piel, las facciones y la herencia como una identidad política, una evocación colectiva y un origen para crear y gestionar una perspectiva antirracista, eso hace desde hace 6 años el colectivo Identidad Marrón, donde se nuclean personas marrones hijes y nietes de indígenas y campesinos de América.

También es la piel un organismo sensorial que muta para que el deseo continúe, como puede verse en el documental Yes, We Fuck! en el que se aborda la sexualidad en personas con diversidad funcional. Las imágenes revelan cómo la piel es el punto de placer y goce por fuera de los mandatos de las normas clásicas de la sexualidad que plantea solo penetraciones y ubicaciones predeterminadas del placer.

Es por todo esto que en el proyecto “La piel muta para que el deseo continúe”, coordinado por Mercurio Contemporáneo (conformado por Daniela Fanego, Melina Airaudo y quien les habla), se está realizando una convocatoria de fotos de pieles con el objetivo de generar un archivo. Está abierta a todo el mundo e incluye sólo las pieles de mujeres y disidencias. Las pieles subordinadas, dominadas, explotadas ahora reclaman su lugar. La propuesta tiene intenciones de expandirse a una plataforma web propia que mantenga este registro activo.

“Queremos visibilizar que el cuerpo es una construcción simbólica y que el elemento piel es una manta conectiva, un canal de comunicación táctil y somático, y no, por el contrario, la cobertura de una anatomía individualizada, cosificada, violentada y desplazada por el machismo. Por fuera de la norma de los cuerpos ‘hegemónicos’, en nuestro proyecto se le hará honor a las pieles como si fueran un paisaje para habitar en comunidad”. (Mercurio contemporáneo).

En una segunda instancia, este archivo mutará a un objeto instalativo. Las imágenes serán sublimadas en cuadrados de tela y posteriormente cosidas, construyendo una manta de extensas dimensiones. Esta instalación estará acompañada con lecturas de poemas referidos a la temática de género y la piel.

Por eso, si sos un cuerpo disidente o feminizado, envíanos tu piel por DM a nuestro Instagram, la necesitamos en nuestro mapa y en nuestra manta conectiva. 

Némesis Mora