Escrito por: Julieta Blanco | @julietablancojulieta
Pasé el verano de 1816 en los alrededores de Ginebra. La temporada era fría y lluviosa, y por las noches nos agrupabamos en torno a la chimenea. Ocasionalmente nos divertíamos con historias alemanas de fantasmas, que casualmente caían en nuestras manos. Aquellas narraciones despertaron en nosotros un deseo juguetón de emularlos. Otros dos amigos (cualquier relato de la pluma de uno de ellos resultaría bastante más grato para el lector que nada de lo que yo jamás pueda aspirar a crear) nos comprometimos a escribir un cuento cada uno, basado en algún acontecimiento sobrenatural. Sin embargo, el tiempo de repente mejoró, y mis dos amigos partieron de viaje hacia los Alpes donde olvidaron, en aquellos magníficos parajes, cualquier recuerdo de sus espectrales visiones. El relato que sigue es el único que se terminó.
Introducción de Frankenstein, por Mary Shelley
Ella pensaba que sus compañeros podrían haber escrito algo mejor que ella pero…terminó escribiendo la obra más famosa que además inaugura el género sci-fi: FRANKENSTEIN.
El género sci-fi se pregunta todo el tiempo por un “¿y si?...” sobre todo relacionado a la tecnología y los avances de la ciencia pero también hacia los vínculos que se generan en las sociedades modernas.
Mary Shelley es considerada la fundadora del género de ciencia ficción. Sí, el género más conocido por la presencia de autores masculinos fue inaugurado por el pensamiento de una escritora que también, allá por 1818, se preguntaba por la cuestión de los autómatas, hasta dónde llegaba la intervención humana en la manipulación de la vida y la muerte y la ética de la ciencia implicada en tal cuestión.
En su obra más exitosa y canon del género, un doctor llamado Victor Frankestein junta partes del cuerpo de hombres muertos en cementerios y universidades y crea una criatura desde la muerte hacia la vida con la ayuda de un rayo que canaliza desde el cielo. Sentime ese vuelo de fantasía. Resulta que en la Alemania de 1820 la ciencia ya contaba con ciertos artilugios tecnológicos bastante impresionantes para los ojos del resto de los mortales no científicos.
¿En qué contexto escribía Mary Shelley? En plena Revolución Industrial y Científica de la era victoriana. El libro originalmente se llama Frankenstein o el mito de Prometeo, ¿cuál era el tal Prometeo en la galería de mitos griegos?
La mitología clásica griega es una de las primeras en recoger el mito de la creación de vida, lo podemos comprobar en la Metamorfosis de Ovidio; en los inicios del calendario cristiano, donde se hace referencia a la historia del titán Prometeo, el constructor de hombres, quien valiéndose del conocimiento y de la tecnología -que posee después de robar el fuego de los dioses para entregarlo a los hombres como consecuencia de su "excesivo amor por los mortales"- y aplicando técnicas escultóricas, es capaz de crear vida. Prometeo no es tan sólo un aliado de los humanos –o mortales- sino que también es su creador; el fuego robado al cielo da la vida y la ciencia necesarias a las estatuas. (Moreno, s.f.)
El argumento central de Frankestein es que el científico Victor F. le roba el fuego de un rayo al cielo y le da su vida a su muñeco hecho de pedazos de otros cuerpos, de otros hombres, ya muertos. Eso lo equipara con el mismo Dios. De todas formas, el experimento tiene un desenlace terrible porque en resumidas cuentas Frankenstein ha creado un ser que no entra en la categoría de lo humano: ubicado en el lugar del “monstruo”, este recrea el papel que la sociedad le otorga al marginarlo, incluido su propio y ambicioso creador no puede hacerse cargo de cuidar su propia extensión creadora y …larga historia hecha corta, todos mueren. Con este pie puesto en la inauguración de la ciencia ficción, Mary inaugura un género que luego va a ser famoso por sus autores “onvres” y plantear arrogancias científicas, pero ¿saben qué? El primer dato del género es criticar el paradigma científico arrasador y totalizante.
El personaje de Frankenstein está influenciado por el mito Prometeo que es el titan que le robó el fuego al rayo de Zeus, a los dioses, para dárselo a los hombres. Así se dió el descubrimiento del fuego por parte del ser humano para los griegos/romanos. El otro mito implicado sería Prometeo Plasticato, el que moldea, el que da forma, el que insufla vida, que también aparece en el libro de Ovidio. Estos dos mitos confluyen y Mary Shelley los toma para elaborar su obra, contextualizada en pleno romanticismo. En ese momento, Prometeo, estaba un poco de moda entre los escritores del momento. Además es innumerable la cantidad de actividad científica que se realizaron esos años respecto al descubrimiento de una fuente de energía parecida a la del rayo: la electricidad.
Los contemporáneos de Mary Shelley leyeron, según reseñas del momento, con profundo terror esta obra, porque el monstruo (a pesar de la imagen popular clarísima de la primer película de Boris Karloff ), apenas es descrito en el libro, se dan tan solo unas pinceladas con respecto a su fisonomía y eso hace que la imaginación de cada quien cree los monstruos que se le antoje a su gusto personal del terror.
Me pregunto ahora cómo me hubiera imaginado a Frankestein en ese momento, antes de que el cine le de la forma final que se nos armó a los posmodernos. El monstruo representa la fealdad de lo que está por fuera de “lo bello” y además nos presenta un lenguaje “monstruoso” que dice cosas que no queremos escuchar y nos aterroriza con sus pedidos de amor a su creador.
Mary Shelley escribió a los 19 años esta obra. Creó un mito y un género, culminó con la literatura gótica clásica e inauguró la ciencia ficción, absolutamente moderna. No es menor saber que fue la hija de Mary Wolstonecraft (una de las primeras escritoras feministas conocidas), que falleció a los pocos días de nacer Mary Shelley y William Goldwin, un filósofo inglés, es decir, su educación fue bastante abierta y vasta para una mujer de esa época.
Frankenstein terminaría siendo el arquetipo del monstruo de la modernidad, el primero visto para el resto de los mortales. Lo horrible, el sufrimiento, el ejemplo de lo que “no está bien” puesto delante de los humanos para que se reflejen en él junto con el cuestionamiento de las posibilidades éticas de la ciencia en el momento. Y fue el inicio de una nueva era en la literatura, de la mano de una mujer victoriana de Inglaterra.
Para saber más sobre autoras mujeres de la ciencia ficción, pueden escuchar el podcast que hice junto a Paula Grossi, transmitido por Radio Eterogenia, “Mundos Posibles”. (Presiona abajo al botón de Spotify)