Escrito por: Julieta Blanco | @julietablancojulieta
Una palomita vino a mi ventana….
Una palomita vino a mi ventana…
Y me ha contao que por las noches, lloras, lloras. Con mi foto entre tus manos, lloras, lloras, orgullosa…
¿Qué vino primero? La canción de cumbia o el sentimiento ? Quiero decir: ¿las canciones románticas de la cumbia inventaron mis sentimientos?
Mi primera respuesta es sí.
Hace mucho tiempo que te quieres ir, triste palomita yo te voy a abrir tu bella y triste jaula que es mi casa…
Todo lo que sé sobre el amor lo aprendí en una canción de cumbia .
Pongamos un ejemplo:
Contexto. Primer día en la matinée. Escapada de mi casa. Llegué escondiéndome por las calles, agachada entre las personas que salieron a tomar un helado en la calle central de mi ciudad. Estoy con mis primas más grandes. Más experiencia. Menos hijas del demonio que yo.
Yo: Empilchada con lo que podía. Jean tiro bajo, sweater marrón, primera vez delineando los ojos. 14 años. La verdadera hija del demonio. Matinée, aquí estoy. Vengo a devorarte.
Cumbia. Luces. Está oscuro. Hay Coca-Cola. Bailo, doy vueltas ALREDEDOR de la sede central del local. Me siento en una barra, le miro la cara a cada una de las personas del salón. No entiendo nada. Todo me parece bien y me parece el mismísimo infierno. Un chico lindo se me acerca. Me pide un beso. Me parece que está bien besarlo. Nos besamos. Que buen beso. Que mojado. Me siento ahora, sí, la princesa del demonio. Te amo. Gracias. ¿Soy especial ? Me siento especial. Vivo en mi cuerpo ser tan especial como un alien plateado bailando en un planeta fucsia.
Pasan 5 minutos. El mismo chico, besándose con otra hija del demonio.
Primer beso, ¿especial?
Al tacho.
Esa semana solo pude escuchar a Damas Gratis en repeat: había cosas que todavía no podía elaborar mis propias palabras.
La canción decía:
Ay Corazón de arroz.
Te como la boca y te la parto en dos.
Está bien, hace mucho tiempo que te quieres ir.
Triste palomita, yo te voy a abrir.
Tu bella y triste jaula que es mi casa.
Si te vas, con tu nueva brisa olvídate de mí.
Mi dulce niña, yo te quiero aquí.
Con tu despedida va morir.
Agustin me partiste la boca en dos porque me besaste a mi primero y después a la otra . Además de que me la partiste porque el beso fue el más intenso de todos los que habría practicado con cualquier objeto. La boca húmeda mata chupar un brazo.
Toda esa semana de Damas Gratis te visualicé como una paloma volando en el cielo, como las de la televisión bíblica. Blanca con luces, con muy mala animación 3D. Mi primer beso y mi primer duelo. Nunca me voy a enamorar, decido. Ahora, sin querer, con este mito fundacional le voy a romper el corazón a cualquier persona que me guste. Es el tipo de decisión que tomaría la hija del mismísimo diablo.
Entonces: si no sabes nada sobre el amor, una canción de cumbia te lo explica.
Otra escena.
Visualizo un mar de ilusiones naufragando en un velero, un corazón gigante y rojo, vos y yo nos apretamos y nos volvemos un cubo humano en el auto de tus padres.
De fondo: la laguna de mi pueblo, donde viven y sueñan los flamencos rosados de las lagunas del territorio centro argentino.
En este playón aterrizan los autos como naves espaciales del franeleo adolescente.
El olor a perfume que te regaló algún tío abuelo es bárbaro, me lo comería en un bombón. Agárrame bien fuerte mientras escuchamos “Tu príncipe” de Zion y Lennox como si fuera el llamado de la selva. Una selva llamada Puerto Rico. Una selva made in cumbia y reggaeton.
La canción “Vienes y te vas” de La Base me hacía llorar. ¿A quién se le ocurrió poner esos pianos tan melancólicos, huidizos y llorones? Pipipipi. ¡Qué dolor ! Un día me amas, luego me olvidas. Agárrate bien fuerte, vamos a entender lo que nos pasa con este estado total de aturdimiento en el corazón y en la cabeza.
Qué fragilidad. El corazón se deshace en una base rítmica bailable.
Voy de nuevo :
Si tu supieras que me pasa cada vez que te veo
Quisiera confesarte lo que siento y no me atrevo
Mis emociones me dominan cada vez que te veo
Te veo cerca y la misma vez te siento tan lejos
Nada me genera mayor entrega que el amor y el sentimiento. Deseo desvestirme, estar undressed, sacarme la ropita, arde papi. Las canciones de cumbia parecen marcar un camino de surcos y derivas en la sangre que me llevan por un lugar en el que termino tocando el timbre de tu casa, mandando ese mensaje, destruyendo cualquier copia viva de una persona que parece que era yo, pero en este arrojo ya no soy nada más que un verso contiguo, una malversación emocional, una falta de racionalidad consumada.
Hola, estoy en la puerta de tu casa, te traje una cerveza, feliz cumpleaños. Subtexto: te amo y estoy escuchando que los unicornios están desapareciendo. Y eso no está bien.
Los unicornios no pueden desaparecer.
Los flamencos de la laguna tiran fuegos artificiales y no pueden desaparecer. Lo mejor del mundo, son las flores silvestres. Tirémonos a rodar en este campo alegre.
Antes de irme. Les dejo mi propia versión de una cumbia:
Vamos a PrEndERNOS fUEGO eN el Auto De TUs PAdrEs QUe AHorA ES el bAilE De LA priMavERA Y sALISte ElegIDe ComO gAnadORE de eSTe PrEMio LlAMado BeSArSe EN fiESTA clAndESTINa. Te maNDO uNA sElfiE nO eS dE mi CarA vA oTRa EspeRO quE tE guSTe SalisTE sORTEaDE dUeñE de miS atEncIONES .
nO IMpORTa cUánTO dURE PEro EL Auto Es De CoLOReS Y tIenE bRIliTos y ManDarsE fOtoS eS GrAtiS y NaDIe Nunca Jamás lA pAso tAN BIen.
Ay ME aGarró Calor. ¿A VOs también? QuE buENO, me PaReCe A mi o Esto Es Amor?