Entrevistas

El diario de la ucraniana Maryna Dovhanych 

Arte por: Maryna Dovhanych | @odminey

Escrito por: Némesis Mora Pérez | @nemesismora

La ucraniana Maryna Dovhanych vive en refugio antibombas desde hace más de 45 días. Desde ahí, crea animaciones y escribe sobre la realidad que se vive diariamente en Ucrania ante la invasión de las tropas rusas de Vladimir Putin. Para que el mundo conozca lo que las noticias no cubren, Maryna publica su arte en su cuenta de Instagram, que supera los 11,000 seguidores.

Las ilustraciones animadas siempre van acompañadas de un texto narrativo, tipo diario, que Maryna escribe en el suelo del baño mientras escucha el estruendo de un bombardeo o cuando la sirena antiaérea la sorprende fuera del refugio. A pesar de su complejidad creativa, cada animación es hecha desde una aplicación de su teléfono celular. 

“Primero que todo, quiero que el mundo sepa la verdad sobre la guerra y el genocidio que Rusia ha traído a mi país. La propaganda rusa es una mentira total, pero hay mucha gente que quedan engañados por ella. Quiero que el mundo sepa que no hay justificación alguna para esta guerra, se trata de un verdadero genocidio. Estoy creando arte sobre este tema porque me da cierta estructura en la vida y me ayuda a procesar el tremendo drama de la guerra. En tiempos de una incertidumbre aplastante, solo puedo contar con mi arte. Quiero documentar que lo que estamos pasando mi pueblo y yo para que no quede en el olvido”, explicó  la joven de 27 años a La Ilustrada.

Maryna me cuenta que es arquitecta de profesión y artista independiente, pero yo añadiría que sus manos también hacen poesía. Sus narraciones ilustradas reflejan la crudeza, rabia, dolor y desesperación que coexiste entre los millones de ucranianos que han perdido a sus seres queridos o que han sido desplazadas de sus casas y hasta del país. Heridas insanables que buscan hacer del arte un refugio; un grito con hambre de victoria. 

“Ucrania no puede rendirse ni tampoco lo hará. Se trata de una guerra existencial contra un imperio inhumano. Si de alguna manera logran la victoria, si pasan impunes, Ucrania desaparecerá y su violencia se regará por otras naciones soberanas europeas. Ya están amenazando abiertamente a Polonia y a los Estados bálticos. Si tienen éxito ahora, no creo que esto acabe con la muerte de Putin. Los rusos están condicionados a detestar a Ucrania y a Occidente, hallarán a otro dictador loco, y las guerras continuarán”, añadió.

Dovhanych forma parte de las más de 7.1 millones de personas que han sido desplazadas internamente en Ucrania. Según un informe realizado por la Organización para las Migraciones (OIM), más del 50% de los hogares desplazados tiene niños, el 57% tiene miembros de la tercera edad y el 30% cuenta con personas con enfermedades crónicas.

Desde que Rusia invadió a Ucrania el 24 febrero, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos asegura que más de 902 civiles han muerto y otros 1,459 han resultado heridos. La oficina advirtió que la cifra real es “considerablemente mayor”. Además, se cree que más de 10 millones de personas han abandonado sus hogares en Ucrania a causa de la invasión.

¿Qué le dirías a la gente que te lee sobre la realidad en Ucrania?

“Están destruyendo nuestras ciudades en su totalidad, y nuestro pueblo inocente experimenta un sufrimiento inimaginable al capricho perverso del imperio sangriento llamado Rusia. Es un verdadero genocidio. La magnitud de la agresión es increíble. 

Ucrania ha sufrido el abuso de la Rusia imperialista desde hace siglos;  esta guerra se ha venido cuajando desde hace 300 años. Putin y su país no pueden aceptar que Ucrania es y siempre será una entidad separada de ellos. Los rusos intentan justificar esta guerra reescribiendo la historia para que el pueblo se crea que Ucrania nunca ha existido, que la lengua ucraniana nunca ha existido y que nuestro país está bajo el control de unos “nazis” fantásticos. La retórica rusa es una vil mentira, y no hay que esforzarse mucho para corroborarlo. 

Ahora se ha hecho evidente para el mundo entero que el ejército ruso está torturando y matando al pueblo inocente de Ucrania sin razón alguna. Putin quiere ocupar nuestro país y anexarlo a Rusia, su ejército mata gente por hablar en ucraniano. Es un verdadero genocidio”, explicó.

Hasta el pasado 5 de marzo, Maryna vivía en Vyshhorod, una ciudad fronteriza con Kiev. Debido a los violentos ataques en ciudades vecinas como Kyiv, Mariupol y Bucha, la artista se trasladó temporeramente a un lugar más seguro al oeste de Ucrania junto a su novio, sus gatos y algunos familiares. Hace más de un mes que no ve a sus amigos cercanos ni al resto de los miembros de su familia. Solo sabe que algunos están fungiendo como voluntarios, otros se refugiaron en el extranjero, algunos han perdido sus casas y otros han sido deportados a Rusia por la fuerza. Pero en general, Maryna cree y espera que todos estén con vida. 

Según confesó, la mejor forma de ayudar a las personas que están sufriendo los estragos de la guerra en Ucrania es a través de la difusión de información acertada sobre lo que sucede, además de contratar los servicios que ofrecen los ucranianos alrededor del país ya que la mayoría han perdido sus empleos y hogares. Maryna también recomendó donar a causas humanitarias (presiona aquí para conocer cómo y dónde donar). 

“Juntos ganaremos, y la paz y el amor prevalecerán. Por favor, no olviden que cada día más y más torturan y matan a personas inocentes en Ucrania”, confesó.

Como parte de una colaboración entre la artista Maryna Dovhanych y La Ilustrada, aquí les compartimos una selección de 12 animaciones y narraciones sobre el violento saldo de las tropas rusas en Ucrania:

El bosque prohibido

Solía vivir en el bosque, rodeada del olor dulce de mis pinos altos y chirriantes. Solía ser mi templo y mi hogar. Ahora mi bosque es un lugar prohibido: Rusia lo ha mutilado. Es un campo de batalla podrido, un basurero de cuerpos y de municiones. Me pregunto si el aroma dulce de los pinos podrían disimular la peste de la carne en descomposición. 

Fosa común

Hoy salía a dar una caminata desde el comienzo de esta pesadilla. Me topé con una vieja fosa común, y una ola de horror me dejó paralizada. Era una sensación nueva, un escala nueva para entender la muerte. 

¿Por qué trajeron la guerra aquí? ¿Por qué nos aterrorizan y nos matan? El enemigo muere en vano como escoria sin valor. Los enterrarán en suelo extraño, sin nombres. No siento pena por los ocupantes muertos, ni una pizca. Pero sí me siento triste. 

Fuego

Rusia prendió a Ucrania en llamas. No tener un hogar al que regresar es aterrador. Hoy, es la brutal realidad para tantos ucranianos, incluyendo muchos de mi familiares y amigos. Es interesante enterarse de lo que se lleva la gente consigo cuando se va, quizás para siempre. Además de documentos y mascotas, muchos de nosotros nos llevamos las cosas más absurdas: un atuendo para ir al club comprado recientemente, la taza de té favorita, un proyecto de bricolaje sin terminar. Lo raro es que empaqué una traducción impresa al ucraniano del Libro de los Cambios chino, por si necesitaba consejos sobre cuál será el siguiente paso en mi vida, ahora que no tengo ningún plan. 

Instinto agrario

La guerra está imbricada con un miedo crudo a la muerte. De repente, he comenzado a pensar en la comida de forma distinta. Le tengo pánico a morirme de hambre. 

En Ucrania, es común cultivar nuestros propios vegetales; somos una nación agrícola después de todo. Cada primavera, gente de todas las profesiones siembra sus propias papas. Siempre me he burlado de esta tradición por entender que es una pérdida de tiempo. 

Sin embargo, ahora que los soldados rusos están enterrando minas terrestres donde solía cultivarse nuestra comida, tengo muchas ganas de labrar la tierra. Mis instintos agrícolas se han despertado. 

Primavera natimuerta

La primavera parece absurda. Es difícil aceptar el revivir alegre de la naturaleza cuando se mezcla con tanto dolor, muerte y luto. El contraste es insoportable. Pero a la naturaleza no le importa la guerra. La naturaleza comenzaba a despertarse. 

Correr y esconderse

Anoche tuve un sueño desesperante, en el que Rusia de alguna manera lograba reemplazar nuestro gobierno. Putin comenzaba a reprimir a los ucranianos por tener una identidad nacional, tal como lo hizo Stalin hace no tan mucho tiempo. Durante el sueño entero, corría y me escondía, porque me habían condenado y elegido para que me matara este nuevo régimen impuesto. 

Cuando me levanté, sentí alivio. Nuestra nueva realidad es una pesadilla sin fin, pero es menos aterradora que estar bajo el control de Rusia. 

Sol intransigente

Me pregunto qué pensará el sol de esta guerra. Hoy lo vi ponerse en un cielo vespertino, particularmente sangriento. Parecía estricto e intransigente. A través de las nubes de humo y polvo, observa cada crimen cometido por Rusia contra Ucrania durante los pasados 25 días, y durante los siglos. Su mirada sin perdón seguirá a cada ocupante ruso hasta que o se vayan a casa o se fertilice la tierra con sus cuerpos sin vida. 

Asedio a Mariupol

No he llorado desde que comenzó la guerra. En cambio, tiemblo y me ciego de ira. 

He tenido más suerte que muchos otros ucranianos. 

La ciudad de Mariupol quedó completamente destruida a manos de Rusia. La vida, la alegría y la esperanza fueron reemplazadas por los escombros, los cuerpos y el terror. Las familias están atrapadas debajo de las ruinas: sin comida, sin agua, sin salida. Cada día, mueren de las lesiones, de hambre y de deshidratación. 

Alguien muy cercana a mí es de Mariupol. Día a día soy testigo de cómo la esperanza de apaga en sus ojos con cada lágrima de dolor. Mis ojos responden, se hinchan de pena, pero entonces la ira los seca y la ceguera me invade una vez más. 

Ejército

Hace exactamente un mes que Rusia arruinó la paz en toda Ucrania. Un mes que pareció más largo que una eternidad. 

Estoy comenzando a olvidar quién era antes de la guerra. Solía ser bien tolerante y pacífica, pero mi pacifismo era ingenuo. Ahora se ha ido, reemplazado por un radicalismo que me obliga a discutir y maldecir. 

Doy gracias a las Fuerzas Armadas de Ucrania por proteger nuestras vidas, por defender nuestra tierra, libertad y dignidad nacional heroicamente, además de salvaguardar la paz en el resto de Europa. ¡Gloria a Ucrania, gloria a los Héroes!

Cuerpo y alma

Ya casi no me importa cómo me veo, cómo se ve mi piel, mi cara. Mantenerme viva se ha convertido en mi único estándar de belleza. 

Muchas mujeres ucranianas ya no se sienten cómodas con sus cuerpos. Les han robado este derecho. Los soldados rusos han mutilado, violado y golpeado con violencia sus cuerpos y almas para siempre. Nada podrá corregir esta desgracia. Nunca. 

Zno

Hoy, Putin por fin mostró la cara. He estado esperando para verlo. Rusia celebró un concierto propagandista y ridículo organizado por su Estado. Era como una escena de ficción distópica. La nostalgia soviética, la glorificación extrema de la guerra, las mentiras mal ejecutadas, un público apático. Los gritos de entusiasmo eran tranquilos y desorganizados, cuando se esperaba que unieran a los concurrentes en un orgulloso rugido. Un verdadero desastre. Las canciones sobre la guerra interpretadas por cantantes rusos viejos y olvidados, los insultos patéticos a Ucrania y el miserable discurso de Putin, parte del cual quedó cortada del video. 

Todo aquello parecía un absurdo teatro de puro mal, alguna memoria distorsionada del pasado soviético distante del que nunca fui parte. 

Angustia

En días recientes, he comenzado a sentir lástima por mi país. Siento instantes de una angustia sofocante durante el día, un deseo por preguntar: “¿Por qué mi pueblo está sufriendo este horror?”; me lo sacudo de encima inmediatamente, y me recuerdo que este es el último colapso de todas las dictaduras postsoviéticas. Entonces imagino la vida después de la victoria: es un sentimiento electrizante, cálido y sanador. 

Némesis Mora