Crónicas

La magia del tiempo

Ilustración por: Agata Lučić | @lucic.agata

Escrito por: Maura Escribano | @soymauraescribano

Muchos llevan presente ese constante recordatorio de que algo pasa, se mueve, corre de prisa y se va. Casi siempre en ese mismo orden. Aunque no siempre a la misma velocidad. Esa velocidad, a veces  se      e      x     t      i     e       n     d     e.

Por largos minutos...

Por horas extensas…

Por días…

M      e      s      e    s  

A

Ñ

O

S

Casi una vida. 

A veces es todo lo contrario. Pasatandeprisaqueninosdamoscuentadequerespiramos. Así, sin más.

A eso le llaman tiempo. 

Siempre lo imaginé en forma de arena, entre números, en las rayitas de un reloj, entre manecillas. Hasta que un día me hice la dormida y lo vi. 

Con un ojo cerrado, y el otro entreabierto pude distinguir su silueta. Pasó cerquita, con toda la imponencia del universo. Era el tiempo. 

Nadie me contó que era un elefante enorme con alas extensas. Tan extensas como la línea del Ecuador, que abraza con su sola presencia la circunferencia del globo terráqueo. Caminaba de puntitas, haciendo girar la Tierra sin que se le sintiera. Lento y  pesado. 

Cualquiera lo puede ver pasar. Camina con un letargo de quien carga penas ajenas. Sin embargo, basta ignorar su presencia para que, de inmediato, extienda sus alas y comience a volar. A todos nos ha pasado por el lado, se nos ha perdido en el horizonte, y nunca lo hemos vuelto a ver caminar. Así es la magia del Tiempo. Si lo miras, camina; si lo pierdes, vuela sin regresar. 

Némesis Mora